Reglaje y
renuncias de congresistas debilita al gobierno de Ollanta
El gabinete
Ministerial agoniza y se evalúan cambios ministeriales, Ollanta negociara con
Toledo.
No es ningún
secreto que el gobierno de Ollanta Humala es débil por donde se le mire. Los
casi cuatro años del régimen han estado llenos de escándalos y de una evidente
falta de liderazgo. Todo ello ha contribuido a pensar si se terminará este
quinquenio con reglajes a opositores y a oficialistas, además de una ley
nefasta para la juventud.
La
derogación a la ley juvenil es el único camino que le queda al gobierno para
salir de esta crisis que parece recordar los problemas que tuvo Michelle
Bachelet en su primer gobierno con los estudiantes en Chile.
En Gana Perú
ya se comienzan a escuchar voces que apuntan a eso. El parlamentario
nacionalista Sergio Tejada ha dicho que si no hay derogación renunciará a la
bancada oficialista.
Por su
parte, la vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, está bastante
incomoda con ley juvenil, pero más aún con los reglajes hechos desde el propio
centro del gobierno al que ella supuestamente pertenece. Para nadie es un
secreto que desde hace buen tiempo Espinoza está incomoda en el régimen. Sus
problemas con la premier Ana Jara y el ministro del Interior, Daniel Urresti,
no son solo roces, sino grandes diferencias que han sido expuestas a la opinión
pública en diferentes oportunidades.
La
vicepresidenta tampoco parece llevarse de la mejor manera con Ana María
Solorzano, presidenta del Congreso. No es tonto pensar que ese cargo era la
gran aspiración de Espinoza pero por el poder de Nadine Heredia, la inexperta
parlamentaria logró por dos votos el cargo que tantos problemas le ha traído
por falta de liderazgo y timón político.
La denuncia
de la prensa sobre reglajes a opositores definitivamente tiene a la oposición a
la defensiva y con ganas de bajarse a Daniel Urresti. Todo eso tendrá que ser
aclarado, pero más importante aún es que
el presidente Ollanta Humala no divida el oficialismo y que más bien los una
para que este año pre-electoral no sea una verdadera jungla en Gana Perú.
La ley
Pulpín tiene que derogarse y sería bueno que la oposición también diga que se
equivocó al votar a favor de la misma. Este problema de la juventud no sólo es
una situación que arrastra a al gobierno sino a los diferentes líderes políticos que hablaron bien de la
misma y luego cambiaron de opinión para no perder votos.
El vigilar a
los opositores y seguir sus pasos para controlarlos es algo que nos hace
recordar los peores momentos del gobierno de Alberto Fujimori y Vladimiro
Montesinos. En el Perú parece que tenemos mente corta y olvidamos nuestro
pasado nefasto.
Humala no
puede darse el lujo de perder a Marisol Espinosa. Si lo hace quedará sin
vicepresidenta. Recordemos que Omar Chehade renunció a ese cargo por el
escándalo de Las Brujas de Cachiche. Tampoco el presidente puede perder más
congresistas. De hacerlo su situación se volverá verdaderamente ingobernable.
Débil y más
débil es Humala en un régimen que constantemente se dispara a los pies y no
tiene visión de futuro. Realmente mediocridad a borbotones es lo que se
recordará en este quinquenio. Pero las cosas tienen que mejorarse y de una vez por todas comenzar
a enmendar errores y poner a los corruptos en la cárcel.
Si Humala
sigue pretendiendo ser el gobernante
inmutable está perdido. Podría incluso no terminar su mandato, no
olvidemos que Martín Belaunde Lossio todavía no canta y por lo visto
recientemente parece ser que si lo hace terminará por hundir al presidente
y a su esposa que sale muy bien
acompañada por el prófugo en recientes fotos difundidas por la prensa.